viernes, 10 de diciembre de 2010

La preparación que requiere una Maratón

La preparación que requiere una Maratón

Escrito por Günther Ketterer / 28 de noviembre de 2008
Cuando una persona toma la importante decisión de participar en una maratón, da un paso decisivo hacia una experiencia inolvidable, aunque no por ello exenta de dificultades pues a pesar de ofrecer una recompensa difícil de describir, el costo para el atleta o quien pretende emprender el desafío, es alto.


Todos sabemos lo exigente que resulta el maratón, tanto física como psicológicamente
Todos sabemos lo exigente que resulta el maratón, tanto física como psicológicamente
Al parecer el costo de emprender el desafío de una maratón no es lo suficientemente alto como la satisfacción de terminar una de ellas, puesto que el número de cultores del trote y las maratones aumenta todos los años.
Una competición diferente
Quizás una de las particularidades que hacen sea una competencia deportiva diferente, es el hecho de competir en simultáneo con los mejores exponentes mundiales de la disciplina. Junto con lo anterior, vale la pena mencionar que la mayor cantidad de participantes de una maratón, los cuales se profesionalizan y dedican a esto, consideran la disciplina como una filosofía de vida que estimula la voluntad y el espíritu de superación y logro.
La maratón es una competición que implica una exigencia física enorme, la cual además puede ser complicada por un sinnúmero de factores, incluso variables que van desde el tipo de superficie, topografía hasta los cambios climáticos; lo cual hará más difícil o fácil la prueba de acuerdo al tipo, calidad y periodicidad de los suministros que se entreguen durante el recorrido. Junto con lo anterior, existen muchas otras situaciones que ponen en tela de juicio la fortaleza física y mental de quienes decidan participar en esta prueba.
¿Qué te pide la maratón?
A pesar de ser tan exigente, la maratón requiere condiciones físicas extraordinarias. Tan sólo se deberán tener condiciones normales que deberán desarrollarse mediante un buen entrenamiento, destinado, por cierto, a mejorar los resultados técnicos y a disminuir los problemas derivados de la práctica deportiva y la competición. En relación a lo anterior, es factible que encontremos a un corredor de 10.000 metros sumamente exitoso, pero que no tenga ninguna alternativa en una competencia como la maratón.
De acuerdo a la medicina deportiva actual, la capacidad aeróbica y energética requerida para una y otra competición son absolutamente incompatibles para los objetivos planteados en las mismas. Junto con lo anterior, vale la pena recalcar el hecho de que la duración de los esfuerzos y los rasgos físicos y fisiológicos individuales, junto con las condiciones particulares de cada prueba, producen diferencias discriminantes en el resultado.
Si queremos analizar la prueba desde el punto de vista muscular y tendinoso, habrá 42.000 caídas de cada pie; por tanto se trata de 42.000 micro traumatismos en las articulaciones comprometidas en el paso; entiéndase modesto pie, rodilla, cadera, etc.
Lo mismo ocurre en la contracción de la musculatura comprometida, sobre todo en los gemelos y su evidente incidencia tendinosa y ligamentosa. El aspecto psicológico de una maratón obliga a mostrar una gran fortaleza psíquica, la cual deberá ser cultivada en diversas etapas de la preparación, pero que será, por cierto, puesta a prueba únicamente el día de la carrera. Como se trata de una competencia de largo aliento, las reservas físicas sufren un gran deterioro, el cual se acentúa a partir del kilómetro 30, momento en el cual comienzan a verse los verdaderos maratonistas.

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