La preparación que requiere una Maratón
Escrito por Günther Ketterer / 28 de noviembre de 2008
Cuando una persona toma la
importante decisión de participar en una maratón, da un paso decisivo
hacia una experiencia inolvidable, aunque no por ello exenta de
dificultades pues a pesar de ofrecer una recompensa difícil de
describir, el costo para el atleta o quien pretende emprender el
desafío, es alto.
Al parecer el costo de emprender el desafío de una maratón no es lo
suficientemente alto como la satisfacción de terminar una de ellas,
puesto que el número de cultores del trote y las maratones aumenta todos
los años.
Una competición diferente
Quizás una de las particularidades que hacen sea una competencia
deportiva diferente, es el hecho de competir en simultáneo con los
mejores exponentes mundiales de la disciplina. Junto con lo anterior,
vale la pena mencionar que la mayor cantidad de participantes de una
maratón, los cuales se profesionalizan y dedican a esto, consideran la
disciplina como una filosofía de vida que estimula la voluntad y el
espíritu de superación y logro.
La maratón es una competición que implica una exigencia física
enorme, la cual además puede ser complicada por un sinnúmero de
factores, incluso variables que van desde el tipo de superficie,
topografía hasta los cambios climáticos; lo cual hará más difícil o
fácil la prueba de acuerdo al tipo, calidad y periodicidad de los
suministros que se entreguen durante el recorrido. Junto con lo
anterior, existen muchas otras situaciones que ponen en tela de juicio
la fortaleza física y mental de quienes decidan participar en esta
prueba.
¿Qué te pide la maratón?
A pesar de ser tan exigente, la maratón requiere condiciones físicas
extraordinarias. Tan sólo se deberán tener condiciones normales que
deberán desarrollarse mediante un buen entrenamiento, destinado, por
cierto, a mejorar los resultados técnicos y a disminuir los problemas
derivados de la práctica deportiva y la competición. En relación a lo
anterior, es factible que encontremos a un corredor de 10.000 metros
sumamente exitoso, pero que no tenga ninguna alternativa en una
competencia como la maratón.
De acuerdo a la medicina deportiva actual, la capacidad aeróbica y
energética requerida para una y otra competición son absolutamente
incompatibles para los objetivos planteados en las mismas. Junto con lo
anterior, vale la pena recalcar el hecho de que la duración de los
esfuerzos y los rasgos físicos y fisiológicos individuales, junto con
las condiciones particulares de cada prueba, producen diferencias
discriminantes en el resultado.
Si queremos analizar la prueba desde el punto de vista muscular y
tendinoso, habrá 42.000 caídas de cada pie; por tanto se trata de 42.000
micro traumatismos en las articulaciones comprometidas en el paso;
entiéndase modesto pie, rodilla, cadera, etc.
Lo mismo ocurre en la contracción de la musculatura comprometida,
sobre todo en los gemelos y su evidente incidencia tendinosa y
ligamentosa. El aspecto psicológico de una maratón obliga a mostrar una
gran fortaleza psíquica, la cual deberá ser cultivada en diversas etapas
de la preparación, pero que será, por cierto, puesta a prueba
únicamente el día de la carrera. Como se trata de una competencia de
largo aliento, las reservas físicas sufren un gran deterioro, el cual se
acentúa a partir del kilómetro 30, momento en el cual comienzan a verse
los verdaderos maratonistas.
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