BATE EL RÉCORD DEL MUNDO EN EL KILIMANJARO
Kilian Jornet, una fuerza de la naturaleza
- El atleta catalán bate el récord del mundo de ascenso y descenso del
kilimanjaro · sube y baja al techo de áfrica en 7 horas y 14 minutos
Si Kilian Jornet se hubiera dedicado a un deporte olímpico o a una
disciplina con mayor repercusión en los medios de comunicación,
probablemente sería una leyenda. Un personaje de esos que no podría
pisar la calle. Kilian Jornet, nacido en Lleida hace 23 años, es a las
carreras de montaña lo que Maradona al fútbol o Michael Jordan al
baloncesto. Su última proeza, después de ser campeón del mundo de
carreras de montaña, de esquí de travesía, de ganar todo lo ganable y de
batir todos los récords batibles, ha sido subir y bajar del Kilimanjaro
(5.891 metros) en 7 horas y 15 minutos.
La gesta no aparecerá en los libros de historia del deporte porque está lejos de cualquier homologación u organismo oficial
La gesta no aparecerá en los libros de historia del deporte porque
está lejos de cualquier homologación u organismo oficial, pero quienes
estuvieron con Kilian el pasado 28 de septiembre contarán a sus nietos
que presenciaron un hecho casi sobrenatural, ejecutado por un chaval que
es una fuerza de la naturaleza.
Subir corriendo al techo de África, superar los problemas de la
altitud, salvar más de 4.000 metros de desnivel y hacer otro tanto
bajando en poco más de siete horas sólo está al alcance de los elegidos.
Como referencia basta añadir que el anterior récord estaba fijado en 8
horas y 27 minutos, a cargo del tanzano Simón Mtuy. Kilian lo pulverizó
en más de una hora. Simón Mtuy, consciente de que su récord conseguido
hace cinco años no tenía ningún futuro si lo atacaba el catalán, se
prestó a guiar a Kilian por la montaña. Durante el periodo de
aclimatación y durante la propia carrera el tanzano ha sido una sombra y
un punto de apoyo.
Para el ascenso, Kilian eligió la ruta Umbwe, de 41 kilómetros de
longitud. En la subida empleó 5 horas 23 minutos. Apenas permaneció un
rato en la cumbre. Lo justo para avituallarse y respirar. Diez minutos
después de hacer cima en el Kilimanjaro, bajó a la carrera cubriendo la
distancia en 1 hora y 50 minutos, menos de lo que tarda un atleta de
élite en completar un maratón urbano.
El proyecto ‘kilian quest’
La marca Salomon,
líder en el sector de los deportes al aire libre, lleva tiempo apostando
por Kilian Jornet y no ha querido desaprovechar el tirón del atleta
entre los miles de practicantes de una disciplina en auge como las
carreras de montaña. Por eso ha diseñado un proyecto a su medida,
llamado Kilian Quest, que le va a llevar por todo el mundo atesorando
récords y victorias.
Aparte de ganar y pulverizar el tiempo en el prestigioso Ultra Trail
del Mont Blanc —166 kms. en 21 horas y 33 minutos— las gestas del
catalán se convierten también en retos contra sí mismo. El último fue
cruzar los Pirineos de punta a punta en sólo una semana, desde
Hondarribia al Cabo de Creus. En total, 830 kilómetros con 40.000 metros
de desnivel positivo.
Todo se resumió en una rutina demoledora de comer, dormir y correr.
Correr entre 10 y 13 horas diarias, almorzar sobre la marcha, cenar al
final del día y descansar por la noche. Un sufrimiento para él y para
toda la familia que le fue acompañando durante la travesía. Su madre,
Núria, corría con él los últimos kilómetros. Finalizado el reto, la
mismísima Paula Radcliffe, plusmarquista mundial de maratón y residente
en Font Romeu, donde vive Kilian, se rindió a sus pies.
Para el recuerdo queda también la travesía de la isla de Córcega por
el famoso sendero GR-20, un clásico que los montañeros más avezados
tardan una semana en cubrir y que Kilian completó en 33 horas pese a sus
200 kilómetros de recorrido técnico y complicado. En Córcega, el
catalán bajó cuatro horas el récord anterior.
Si asombrosa fue esa
travesía, estratosféricos fueron los 265 kilómetros del Tahoe Trim Rial,
una ruta que une California y Nevada y que Kilian recorrió en poco más
de 38 horas. Esta vez, el récord cayó con una diferencia de ocho horas
sobre la marca establecida.
Dónde está el techo de este atleta y esquiador de sólo 23 años nadie
lo sabe. Si su cuerpo pagará más adelante semejante desgaste es un
misterio. Ahora, sólo se puede disfrutar de Kilian.
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